Saludos desde la CDMX. Les comparto un relato de hace tiempo.
Estaba regresando desde Italia, pensando en ella, tan bella y selvática, en cómo nos habíamos saludado, con su lengua que me lo había puesto duro mientras me despedía. Salió improvisamente de los torniquetes del aeropuerto con su vestido negro que le cubría media pierna y mostraba su escote generoso. Su pelo era de leonesa sexi que con su troley llamaba la atención de los pasantes. La esperaba y la vi caminar feliz y sonriente mientras una pareja la veía intensamente, y un par de jóvenes güeros dijeron algo en su lengua. Y me abraza y me besa, dulce y rica. Serán 7 días en un hotelito en la playa de amor y sexo en una Isla del Caribe.
Aterrizamos en la capital y tomamos el transporte para el hotel, una lancha que nos lleva entre el manglar a una playa luminosa. Ella esta absorta por el mozo, un negro estatuario, con pelo crespo, que ejecuta las órdenes del capitán. Llegamos a la playa, el sol está comenzando su caída colorada. Ni el tiempo de dejar la maleta que tocan a la puerta dos chicas morenas, de color ébano, con una minifalda y un top que mostraba sus senos. Ella le abre la puerta y se queda admirándolas. Nos invitan a la comida de bienvenida que comenzará con mohitos a lado del mar y música reggae. Ella acepta con gana y cierra la puerta, mirándome sonriente.
Se desnuda de su vestido negro y se dirige hacia la ducha. La alcanzo en un segundo, con el pene parado. Me lo comienza a acariciar, mientras nos besamos y me comenta de las chicas y de sus tetas, me pregunta si no me gustaría venirme en ella. Todo excitado comienzo a mover más mi pene y ella se baja a chupármelo, abre la boca y envuelve la punta con sus labios, su lengua pasa bajo y lo traga hasta el fondo, un par de veces y lo saca un poco y lo traga de nuevo, y continua así un rato. Le tomo la cabeza y empiezo a mover mi boca, sacándole la saliva que le pongo en la cara con mi pene. La levanto y la beso bajo la ducha. Le pregunto si ella no se querría a coger a las negras, me responde que prefiere el mozo y el capitán y sus vergas duras y grandes. Me cuenta de la verga del mozo, que se veía en sus pantalones, grande, con la punta enorme. La volteo y la cojo, esta mojadisima y cogemos un rato, con mis manos entre sus tetas y su cuello, y sus nalgas que empuja mi pene adentro. Se viene gritando, yo también en sus nalgas. Es mucho que no cogemos.
Salimos de la ducha y comienza su ritual para vestirse. Saca su vestido blanco, que me enloquece, parece una romana en un banquete, con una cuerda que le hace de cintura. El vestido llega a cubrir sus nalgas, pero si se dobla se le ve todo. Y decide no ponerse los calzones ni el sujetador. Solamente se perfuma y se maquilla preciosa. Me visto y salimos al coctel. Platicamos con algunas parejas y otras personas más, muchos extranjeros, habrá más de 100 personas hospedadas. Al final de la cena, alcanzamos el postre, y mientras lo terminamos sentados en la mesa de campo de madera, se nos acerca un mesero y nos pregunta si nos gusta el postre y comenzamos a platicar. Se llama Abdul, es de papa árabe, por eso sabe español, y de mama de la isla. No es ébano como los demás, y es muy guapo. Nos comienza a platicar de las fiestas del hotel, de las diversiones, nos comenta que la siguiente noche habrá una fiesta especial. Y le cuento que será el cumpleaños de ella. ¿Qué tipo de fiesta quieren nos pregunta?
Ella comienza a contarle de sus perversiones y Abdul acepta y regresa en media hora con la con la pareja de franceses, el, Luis, tatuado, alto, bronceado, ella, Dominique, güera, con una cara hermosa y un cuerpo delicioso. Y empezamos a platicar, Ella nos está acariciando las piernas a Abdul y a mí. Dominique tiene que ir al baño y le pide a Ella ir juntos. Regresan muy sonrientes y se cambian de posición. Mi pareja se sienta con el francés, mientras la francesa se sienta entre Abdul y yo. Y seguimos platicando. Ella agarra el pene del francés bajo la mesa y comienza a moverlo. Dominique comienza a acariciarnos y sea Abdul que yo comenzamos a agarrarle una nalga, ella se mueve excitada con nuestras manos, y alarga las suyas a nuestros penes. Ella está chupando el pene de Luis, sube y baja rápido, Abdul no puede dejar de mirar su baba como sale de su boca y llega a la punta del pene de Luis. Luis habla francés y le empuja la cabeza para que se la trague toda. Mi mano se ha movido adelante, entre las piernas de Dominique, acariciando su pelo y sus entrepiernas, llego al clítoris y es un lago de humor sigo moviendo su cadera, parece bailar, con la otra mano le toco las tetas y le beso el cuello. Abdul le está poniendo la lengua en la boca.
Estamos cogiendo en el medio del hotel, pero cada quien parece continuar haciendo sus cosas.